Es frecuente que al compartir tantas horas de trabajo, te termines sintiendo atraído por tu compañero/a de trabajo, pues generalmente los vínculos laborales con los pares terminan siendo algo más, en algunos casos amistades y en otros… bueno, algo más que una amistad.
La suma de horas compartidas, la falta de tiempo de ocio para conocer a personas externas, la intensidad de algunas profesiones, el sentimiento de compañerismo, o incluso la erótica del poder, si se trata de atracciones con cargos superiores, suelen ser algunos de los motivos más comunes que desembocan en el amor.
Según una encuesta realizada a más de 2,500 personas por Business Insider en 2013, un 54% de los encuestados había tenido sexo con un compañero de trabajo y tan solo uno de cada diez se arrepiente de su desliz sexual.
Por otro lado, la web vault.com, asegura que más de la mitad de los empleados estadounidenses han tenido una relación en la oficina e incluso el 10% han conocido a sus cónyuges en el trabajo.
Pero la primer pregunta que viene a la mente cuando de relaciones sentimentales en el trabajo se habla, es, si es beneficioso o de lo contrario perjudica el vínculo favoreciendo al desgaste de los dos individuos, tanto laboral como sentimental. A continuación mencionaremos algunos aspectos interesantes acerca de este tipo de relación:
- Uno de los principales beneficios de enamorarte de tu compañero de escritorio son las ganas con las que vas a trabajar. Para aquellos que a la mañana les costaba horrores levantarse e ir al trabajo, de pronto se preocupan de qué ponerse para ir a la oficina o se levantan con una sonrisa de oreja a oreja. Esto solo sucede cuando te gusta alguien o te han subido el sueldo.
- Un entorno de trabajo puede ayudar a conocer mejor al otro antes de comprometerse en algo más serio. A diferencia de las redes sociales como Instagram o Tinder, en el trato personal que se da en el trabajo verás a la persona tal cual es, sin filtros ya sean físicos como de conducta.
- La productividad también puede subir cuando hay alguien en la oficina que despierta interés. Intentar agradar o impresionar a la potencial conquista para ganarla puede desembocar en el empleado del mes.
Sin embargo si se produce una ruptura sentimental, peor aún, sin mutuo acuerdo, compartir el mismo ambiente puede llegar a ser bastante incómodo y embarazoso. Tener que ver cada día a la persona con la que acabas de romper puede suponer enfrentarse a un estímulo que te recuerda todo el dolor que estás pasando y ser algo complicado de gestionar o vivir.
Incluso aunque no se produzca el drama de la ruptura, hay quienes piensan que disminuye la productividad. Según Amy Nicole Baker, profesora de psicología industrial en la Universidad de New Haven:
“Las reacciones de los compañeros de trabajo tienden a ser negativas con la preocupación por el favoritismo y los conflictos de interés”.
Pues el amor es inevitable y cuando llega te atraviesa de punta a punta, así que no te niegues a los sentimientos que pudieran despertar con un compañero de oficina, pero sí ten presente los pro y los contra de generar un vínculo más allá de la amistad, ya que suceda lo que suceda lo/a verás todos los días a la misma hora, guste o no.