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¿Es bueno o malo ver pornografía en pareja?

Desde siempre la pornografía genera revuelos y mucha controversia cuando se convierte en tema de conversación. Y más aún cuando de la pareja se trata, pues muchos consideran que el consumo de pornografía genera un deterioro en la vida sexual de la relación.

Por ello hoy hablaremos y derribaremos mitos acerca de la ponografía y su uso, en muchos casos, desmedido.

Diversos estudios, han demostrado que cuando existe un acuerdo mutuo en la pareja, la pornografía puede venir a sumar a la relación. Cuando se trata de un uso controlado y compartido en la pareja se encuentran varios efectos positivos en la relación: mayor comunicación sexual, mayores variantes eróticas ya que ayuda a que el repertorio sexual de ambos se amplíe ayudando a romper la monotonía y a volar la imaginación. En estos casos, cuando es mutuo, la pareja comprende que el consumo de la pornografía es un estímulo diferente y que incluso puede aumentar las ganas y la frecuencia sexual. 

Pero no todo es color de rosas, y en muchas ocasiones la pornografía provoca estragos.  Aquí algunos aspectos negativos que deberías tener en cuenta a la hora de consumir material pornográfico:

  • Causa Egoísmo. Promueve el egoísmo y el placer inmediato. Muchos piensan solo en recibir, no en dar. Una relación donde uno sólo está interesado en recibir no dura mucho tiempo. 
  • Genera expectativas poco realistas del desempeño sexual del hombre y de la mujer. Puede provocar frustración e inseguridad en el individuo al no tener el mismo desempeño sexual que la película en sí muestra. 
  • Degrada a las mujeres. Los resultados muestran que cuanto más porno ve un hombre, más probable es que quieran que las mujeres sean sumisas y subordinadas a ellos. Cambia la manera en que los hombres ven a las mujeres. Las ven como objetos y no como únicas y valiosas debido a la manera degradante en la que las mujeres y el sexo son retratados. 
  • Adicción al material pornográfico. El adicto a la pornografía presenta una pérdida de interés o deseo sexual hacia su pareja, pues se reduce la reacción ante estímulos sexuales habituales, al necesitar cada vez más el visionado de material pornográfico. 

Cabe resaltar que la pornografía no es el problema, sino más bien el uso que se hace de ella, la función que tenga y el lugar que le des en tu relación.

Por lo general, las películas pornográficas están hechas por y para los hombres, reduciendo a la mujer como objeto de placer contribuyendo a la creación de estereotipos de cuerpos femeninos así como también del rol en el acto sexual.

Habla con tu pareja y que el consumo de la pornografía sea de mutuo acuerdo y en pos de un momento divertido y satisfactorio para ambos. No te sumerjas en el mundo del placer por el simple hecho del placer. Pues, cada cual es dueño de hacer de su vida lo que guste, pero si tienes una pareja a la cual amas y estas perdiendo interés sexual, has una reflexión de lo que está sucediendo contigo y habla con él/ella.

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